El sol brilla, los pajaritos cantan, las nubes se levanta… y parece que todo tiene que ser perfecto.
Estamos rodeados de frases positivas y fotos de colores que pintan nuestra mente de ideas difíciles de dirigir.
Para mi la vida es como un día de excursión donde caminas, te paras, te sientas, descansas, tropiezas con una piedra, te pica un mosquito, llueve y vuelve a brillar el sol.
No se vosotros, pero yo si tengo días malos.
Días que sin más me levanto enfadada, triste, perezosa, desganada…
Es un proceso largo y difícil de entender, pero esos días existen, sin o con motivos. No es necesario castigarse ni crear culpa.
Aceptar, querer y disfrutar sin más de esos días es un camino a recorrer.
Date permiso para tener un mal día y disfrutar de ti mismo.
P.D: Come Felicidad