Mi reflexión en cuarentena…
Somos las generación de la informática, las redes sociales y la comunicación online.
Somos la generación de vivir deprisa, sin tiempo y estresados.
Somos la sociedad que tenemos todo tipo de artículos a nuestro alcance.
Somos la sociedad que se basa en la productividad y el consumo.
Corremos cada día persiguiendo algo.
Perdimos el equilibrio de los ritmos de la vida.
Perdimos el valor del tiempo.
¿Y ahora? Nos vemos obligados a parar forzosamente. Tenemos que estar en casa día tras día. Ya no existe el “no tengo tiempo”, tiempo es lo que nos va a sobrar.
No tenemos la libertad de hacer lo que queramos y cuando queramos.
De un día para otro todos lo perdemos todo, y eso que siempre decimos que “lo importante es tener salud” y ahora es la salud la que está en juego.
Es difícil mirar las cosas buenas de situaciones que no queremos, y más fácil centrarse en lo que tenemos ahora, que es un panorama de alerta, miedo e incertidumbre.
El ser humano es extraordinario. Mucho más de lo que podemos llegar a imaginar. Tiene las herramientas necesarias para gestionar esta situación pero es necesario usarlas.
Vamos a centrarnos en lo que queremos.
Vamos a mirar hacía el futuro que queremos, y ese futuro sólo es posible si hoy somos responsables. Sin esa responsabilidad ese futuro deseado no estará ahí.
El tiempo es lineal, no podemos volver al pasado ni podemos ir al futuro. Sólo podemos vivir el día de hoy.
Vamos a vivir el día de hoy caminando hacía el futuro que queremos, nuestro propósito.
Es tiempo para estar con uno mismo, mirarse y dedicarse tiempo.
Es tiempo para estar en familia y disfrutar de esos momentos que la prisa y el día a día nos quita.
Es tiempo para hacer esa lista de tareas pendientes.
Es tiempo de trabajar unidos para sacar al país de esta crisis y lo único que tenemos que hacer es estar en casa con todas las comodidades del 2020.
Vamos a ir unidos hacia el camino de la superación de una crisis que formará parte de nuestra historia.
El ser humano es empatía, compasivo, compañero y generoso.
Yo creo en el ser humano, creo en los españoles, creo en nosotros, creo en mí.
Volveremos a las calles, a las rutinas y a nuestro día a día pero desde otro punto de vista. Porque los cambios forzosos tienen un proceso con sus diferentes etapas al igual que un duelo y esto conlleva que nos hace cambiar, crecer y aprender.
No volveremos a ser los mismo pero vamos a valorar todo más, seremos más humildes y amaremos nuestra rutina de la que tantas veces no quejemos.
Somos una comunidad y queremos un mañana.
Nuestros mayores salieron de crisis peores sin tener todo lo que tenemos hoy y nosotros podemos si estamos unidos, necesitamos estar unidos.
Piensa, siente, decide y haz.
Gracias por leer y sentir mis palabras.
P.D: Come Felicidad